Un acusado por el doble crimen del Congreso admitió que disparó pero "no quería matar a nadie"
Juan José Navarro Cádiz admitió su responsabilidad y volvió a pedir perdón a las familias del diputado Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón, a quienes asesinó en mayo de 2019.
Uno de los acusados por el doble homicidio del diputado Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón en mayo de 2019 admitió hoy que fue él quien disparó la ráfaga que causó las dos muertes pero explicó que no tuvo intención de herir a nadie y que actuó bajo los efectos de las drogas y el alcohol.
Juan José Navarro Cádiz volvió a pedir “perdón” a las familias de ambas víctimas, aseguró que cuando disparó no se percató que estaban pasando dos personas por la línea de fuego y que no tuvo intención de matarlos.
De esa manera, buscó desvincular del doble crimen a su primo (ambos pertenecen a la comunidad gitana) Juan Jesús Fernández, quien estaba a su lado cuando ocurrieron los hechos, y al mismo tiempo refutar las acusaciones de “alevosía y placer” para el delito que se le imputa.
El episodio ocurrió el 9 de mayo de 2019 a metros del Congreso de la Nación, cuando Olivares y Yadón murieron por una ráfaga de cinco disparos salidos del arma que manipulaba Navarro Cádiz.
El defensor de Navarro Cádiz, Pablo Pierini, había anticipado en la víspera la decisión de su cliente de declarar y responder preguntas.
Navarro Cádiz le dijo hoy al Tribunal Oral número nueve que “la verdad de lo que pasó” es lo que declaró en la audiencia de hoy, en la que por primera vez estuvo presente ante los jueces, ya que en las oportunidades anteriores asistió por plataforma Zoom desde la cárcel.
“Las declaraciones que presté antes fueron inducidas por mis anteriores abogados. La verdad de lo que ocurrió es lo que acabo de contarles”, indicó.
En ese contexto, describió que estaba consumiendo alcohol y cocaína en el vehículo estacionado en proximidades del congreso y trató de disparar al aire, apuntando a una rama de un árbol, cuando se atravesaron Olivares y Yadón.
Navarro Cádiz aseguró que no sabía que el arma que manipulaba disparaba una suerte de ráfaga (fuero cinco disparos los que causaron ambas muertes) y que sólo quiso “tirar un tiro” como una muestra de autoridad ante Fernández.
Después del disparo, narró que se bajó del vehículo expulsado verbalmente por Fernández, que no advirtió que había dos personas heridas y que se fue caminando a su casa con el arma en su poder.
“Me fui a mi casa, me acosté a dormir y me desperté con toda esta historia”, describió, según reconstruyeron las partes que participan en el juicio.
La fiscalía pareció descreer del relato y, de hecho, pidió que las dos declaraciones anteriores que prestó en la etapa de instrucción fueran incorporadas como parte de la indagatoria.
El tribunal, por mayoría, admitió el pedido.
Navarro Cádiz admitió que estaba “en muy malas condiciones” por la ingesta de alcohol y drogas, y que por esa razón no observó que Olivares y Yadón estaban haciendo una caminata aeróbica alrededor de la plaza y ya habían pasado por el lugar en el que hallaron la muerte.
En la causa hay otros ocho imputados, aunque por el delito de “encubrimiento”, por las conductas que adoptaron con posterioridad a los hechos.
El tribunal, integrado por los jueces Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Luis Salas, tiene previsto celebrar el debate hasta mediados de setiembre próximo.
(Noticias Argentinas)